Pues he aquí que Julián se enteró de que existía el trading.

Con lo que escuchó en Radio Intereconomía sintió curiosidad. Luego le preguntó a su cuñado, que sabe mucho de economía, pero no quedó muy satisfecho.

–Qué extraño– se dijo —un economista que no sabe de comercio de materias primas, divisas y acciones. Con tanta autonomía universitaria, ya no se sabe que esperar de los nuevos profesionales…

Julián no perdió su entusiasmo y decidió resolver sus dudas donde único se resuelven en estos tiempos: en Google.

Y ahí si que Julián destapó la Caja de Pandora. no tanto por el par de blogs que revisó, sino porque a partir de ese momento había descubierto que la internet está llena de posibilidades para hacer trading.

Por todos lados recibe invitaciones, ofertas y anuncios de trading. 

El momento de Julián

–Todo parece indicar que este es el momento– pensó –esto es un verdadero Boom! Yo no me lo quiero perder. Mucho menos ahora que viene la reducción de personal en la empresa.

Así que Julián se dijo que aprendería trading y se matriculó en un curso gratuito para aprender Forex. Cada cosa que aprendía lo acercaba a ese momento en que podría vivir del trading y mandar el trabajo de paseo. Era un juguete nuevo que le distraía de otras cosas que no le molaban tanto.

Julián empezó a hacer sus primeras operativas en simulado, pero no se sentía seguro con el método. Esas velitas moviéndose todo el tiempo, le ponían de los nervios y hacía muchas locuras.

Siguió buscando como podía mejorar y tener más confianza en sus decisiones y se encontró un par de indicadores que, si los utilizaba juntos, seguramente iba a batir el mercado.

En medio de este proceso, Julián es despedido.

Fue un shock, pero se recuperó inmediatamente. 

–Da igual, no me voy a preocupar. Ahora con el trading no me va a hacer falta trabajar para nadie.

Siguió haciendo su simulado, pero los resultados no eran tan buenos como él esperaba y se empezó a impacientar. Los nervios lo traicionaban, pero se daba cuenta después, después que le salía todo mal.

Fue entonces que decidió invertir en una formación de trading más profesional. Con eso seguro que encontraría lo que necesitaba.

Julián ahora sí va en serio

El asunto es que esto del trading, que empezó como una curiosidad, ahora se había convertido en una necesidad. Los ahorros mermaban y Julián no lograba estabilizar sus resultados en simulado. Claro, como cada vez estaba más tenso y más nervioso por su situación, no tenía la cabeza clara para operar bien.

A pesar de eso se dijo que si entraba en real, sería más disciplinado y que con la presión de que era su dinero el que estaba en juego, seguro que lo haría mejor.

Pero esto de necesitar ganar a toda costa le jugó una mala pasada y empezó a perder y perder y perder, hasta que, para su fortuna, su mujer quiso saber cómo le iba. Al contarle todo lo que había hecho, él mismo se dio cuenta de que estaba metido en un círculo vicioso sin salida.

Por un lado necesitaba tiempo para aprender a hacerlo bien, a regular sus emociones para operar con buen juicio. Por otro lado tenía poco tiempo para ver resultados reales. Sin dudas una mala combinación.

Fue un duro golpe para Julián el tener que dejar el trading y encontrar otro trabajo. Todavía muy adentro sabe que sí puede lograrlo, pero no entendió que tiene que aprender a hacerlo bien, sin la presión de la necesidad económica.

–Más adelante, cuando esté más tranquilo con mis finanzas y se me suba la autoestima, volveré a intentarlo, porque yo sé que sí es para mí.

¡Que tengas buen trade!

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